lunes, 24 de enero de 2011

¿Bailamos un vals?

Cuando hacemos teatro contamos historias. Cada vez que contamos una historia la hacemos diferente; el antiguo mito cambia cada vez que lo escuchamos. Incluso si nos atenemos a las mismas y precisas palabras y entonaciones, como un bardo irlandés a su arpa, cada recuento despliega las acciones con leves diferencias. La historia cambia porque los que cuentan y los que escuchan cambian; el tiempo cambia. Una cosa es contar una historia, otra definir lo que esa historia significa. Cuando intentamos controlar todos los significados de una historia, invariablemente, fracasamos. Un anuncio a favor de un político puede convencernos de que no le votemos por su sonrisa blanda. La manipulación puede invertir el efecto deseado.
El arte no hace nunca lo que se le dice. Se supone que san Pedro se planificó para promocionar a bombo y platillo la confianza de la Contrarreforma, pero la Basílica romana consigue también lo contrario. Cuanto más anuncia el edificio la fuerza de su voluntad, más nos enseña su inseguridad y su duda. Todo lo que hacemos es ambivalente. Oscurecemos esta ambivalencia con el sentimentalismo.
Tratar algo sentimentalmente es pretende que tiene sólo un significado. El sentimentalismo intenta separar a los bueno de los malos, y fregotear la enrevesada ambivalencia de la vida. Buscando la certeza, matamos la ambigüedad; y es entonces precisamente cuando nos volvemos sentimentales. Un vals vienés nos anuncia con campanitas que la vida es despreocupación, pero si recordamos su contexto histórico, esos violines podrán parecernos siniestros.
 Declan Donnellan

Hablando de Vals ¿cuando lo va bailar nuestra pareja real? aquí os dejo uno para a ver si así nos dignamos a participar!!!

4 comentarios:

  1. me refiero a participar en el blog, claro. Y el enlace esta en la fotografía de estos señores.

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  2. Ruben tiene cara de primera comunión y eva de estar disfrutando muchisimo

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  3. decidme que esto es un ejercicio de clase, y nada tiene que ver con Shakespeare, por favor.

    Aunque la foto tiene su aquel. jajaja

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  4. No hay que estancarno en lo típico ,,,en lo que siempre se hace.
    Shakespeare da para mucho más de lo que pensamos.
    ¡Me encanta la foto!!

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