Disculpas del Motorista Fantasma

Bueno... estas últimas semanas requieren una redacción especial, y ahora no me siento capacitado. Aunque no os lo creaís ha sido especialmente doloroso el mantenerme con vida. Las tensiones se han acumulado al final, atropelladamente, y en esa cuenta atrás descubres de qué pasta estás hecho y de que pasta está hecha la gente: el que se mantendría junto a tí aunque varios rotweilers le arrancasen los genitales a dentelladas, y el que no dudaría en entregarte a los nazis con tal de que esta pesadilla acabe. Hacer un montaje es mágico. Nunca en mi vida me las he pasado más putas. Nunca en mi vida he disfrutado tanto. Nunca me he sentido más cerca.
No se si habeís visto la peli de "Balada triste de trompeta", pero es para mí es como la sensación del Motorista Fantasma, un personaje de la peli. Preparando el turbo de la moto para el momento en que terminarás tu obra, y volarás por los aires. Sólo hay una oportunidad, y calientas motores, calientas cojones, calientas la cabeza, y sobre todo, te arde el corazón. En el proceso de ensayos chocas contra las alambradas y te dejan en carne viva. Sigues volando, hasta llegar al estreno, donde tus huesos estallan como panes tostados y tu alma llega, desnuda, a chocar definitivamente contra el público.
En ese vuelo que dura fracciones de segundo ves los rostros del resto del circo, mirándote. Pero lo que importa es el trabajo hecho con el corazón, junto con personas que te demostraron su amor. Ese vuelo es lo que importa. Aunque en ese vuelo muchas veces nos equivoquemos...

EL ESCALOFRIANTE CASO DEL DR. JEKILL Y MR. HIDE

Llevamos años juntos y todos nos conocemos un poco, y si no pues que pregunte a Luis que nos clavo con un gesto a todos. Pero bueno, y sinceramente, os lo digo de corazón: Perdón. Esto lo produce el cansancio, la angustia, y la presión a la que estamos sometidos. Freddy, te quiero. Lo estás haciendo formidable. No te lo tomes a mal cuando te diga algo, tio prefiero decirte a la cara si algo me molesta, aunque quiza me columpiase con las formas. Sabes porqué lo digo y a quién me dirijo, y tú mejor que nadie lo sabes. Y los demás sabeís que llevamos trabajando juntos años, y que las hemos pasado putas y siempre hemos estado unidos en cierta forma. Mándadme a la mierda si hace falta, Freddy y Rubén hoy teneís todo el derecho. Pero allí, rodeado de excrementos, os seguiré queriendo. Sé que ha sido demasiada presión, pero os aseguro que merecerá la pena. Precisamente vuestro trabajo es excelente, y lo daís todo muchas veces más que nadie, y os quiero, pero sobre todo, os respeto.

Como siempre, durante estos últimos años, no hay tiempo ni para respirar. Nunca me he sentido tan cerca de los taxistas, esa gente que trabaja doce horas al día y nunca descansan, ni domingos, ni fiestas ni veranos, ni calores ni hostias. Van a saco, sin paracaídas, a pelo, dispuestos a ser comidos por el aburrimiento, o por una navaja despistada, o por la crisis implacable. No hay solución ni alternativa. Hay que llegar. Hay que llegar. Hay que llegar. Hay que llegar. Agotamiento, los grandes Dioses primigenios hacen mella en nuestros espíritus, pero seguimos adelante. A día de hoy y aunque no lo cuente ver la obra me parece imposible.

Pero yo confío en vosotros. Es más. Vosotros soy yo. Y si vosotros os equivocais, yo me habré equivocado.

Pero os puedo decir una cosa, viejos bastardos infieles: Dios está de nuestro lado.Y vamos ha hacer algo grande. Os lo prometo...